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Luhan Ortiz

Creador de contenido y desarrollador de marcas
Ingeniero Comercial con mención en Marketing Estratégico. Creativo, Asesor de Imagen y Experto en Moda.

¿POR QUÉ NO SOY CREATIVO?

Esta es la pregunta que muchas personas se hacen hoy en día.
Para poder responderla tenemos que empezar analizando el núcleo de la pregunta en cuestión.

¿QUE ES LA CREATIVIDAD?
La definición de la RAE es la siguiente: es la Capacidad o facilidad para inventar o crear.

El padre del marketing (Maslow) lo define como:
Un proceso en el que los individuos, a partir de un sentimiento de inspiración espontáneo, tienen la capacidad de desarrollar un producto determinado; o simplemente llegar a la solución de una situación empleando sus conocimientos y habilidades.

Para aterrizar los conceptos y entenderlo un poco mejor me gusta definir a la creatividad de la siguiente manera:

La creatividad es un músculo, que puede ser ejercitada.

La creatividad siempre es inquieta, curiosa, siempre quiere aprender más.

Todos la tenemos en nuestro interior, muchas veces no la escuchamos.

Que quede muy en claro que se puede desarrollar. A medida que más la visitemos, más noticias tendremos de ella.

Viéndolo de otra manera, podemos decir que nuestra creatividad va ligada a nuestro niño interior, ese loquillo que imaginaba cosas, que se dejaba llevar, que cualquier situación y espacio les servía para crear aventuras en otros mundos y galaxias.

Nunca soltemos nuestro niño interior, porque él es el artífice de la creatividad, el maestro que puede dar rienda suelta al músculo.

Es el que tiene las mejores y más locas ideas, el que nos obliga a pensar a afuera de la caja cuando ni siquiera hay caja.

Dejamos de ser creativos, porque lo fuimos silenciando, porque lo callamos cada vez que nos dijeron no hagas eso, eso es de niños y dejamos de ser felices. Cuando nos juzgaron por nuestras locas ideas sin sentido, cuando permitimos que los comentarios y opiniones ajenas sean más fuerte que nuestras creencias y gustos.

No somos creativos porque nos hicieron creer que existían límites, cuando en realidad: el cielo es el límite para la creatividad.

En esta nueva era de digitalización tenemos acceso a innumerable cantidad de fuentes de creatividad, hoy por hoy, las personas creativas están abundado, encontrando su voz, ya sea haciendo un tiktok, tutoriales, música o cualquiera forma que tome la creatividad.

Sin embargo, las redes sociales y la cantidad absurda que abunda de información puede ser abrumadora para muchas personas, tanto así que no sabemos a dónde ver, que hacer, que escuchar o qué sentir. Lo mejor en este tipo de situaciones es desconectarse… reencontrarse con uno mismo, dar un respiro, resetear el sistema y volver a empezar.

Ahora la siguiente pregunta es: ¿cómo desarrollo mi creatividad?
Simple: volviendo a ser niño, haciendo las cosas desde la perspectiva de los niños.
Jugando como ellos, creando historias como ellos, disfrutando sin vergüenza, sin ataduras, sin restricciones sin NO y con muchos SI a la hora de afrontar nuevos retos.

Saliendo de nuestra amada zona de confort, porque solo afuera de esta, es cuando podemos ser libres de explorar todas nuestras facetas creativas.
Ojo la creatividad muta, cambia, se regenera constantemente y eso es lo hermoso de ella, que es impredecible y puede aparecer en cualquier momento.
No se asusten si al principio no la entienden, justamente de eso se trata, de emprender un viaje a lo desconocido, abrazando cada etapa, sintiendo, si, SINTIENDO cada segundo del mismo.
El sentir es lo que nos libera de las ataduras, el sentir es lo que nos recuerda que estamos vivos.
Sintamos, juguemos y riamos que esos tres son la gasolina de la creatividad.
No por nada los mejores artistas después de un suceso doloroso transforman este sufrimiento en su más grande obra.
Aprendamos nuevamente a sentir, aprendamos nuevamente a jugar, aprendamos nuevamente a ser creativos.

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